Ray Dalio: por qué los aranceles podrían cambiar el orden económico mundial

En un tablero global en el que EE. UU. y China juegan una partida de alto riesgo, los aranceles pueden estar camino a convertirse en piezas muy peligrosas. Sobre ello, Ray Dalio, el estratega financiero detrás de Bridgewater Associates, y uno de los inversores más influyentes del mundo, analiza cómo estas medidas fiscales podrían reconfigurar el orden económico internacional, con efectos tanto inmediatos como de largo plazo.

Tras la firma de una orden ejecutiva por parte del presidente Donald Trump, que impone aranceles generalizados a casi todas las importaciones de Estados Unidos —la mayor expansión tarifaria impulsada por la Casa Blanca en décadas—, Ray Dalio advierte que nos encontramos al borde de un cambio estructural capaz de redefinir el futuro del comercio, la producción y las finanzas globales.

Dalio identifica seis consecuencias principales de los aranceles, esos impuestos que gravan las importaciones y que han sido utilizados históricamente como herramienta de política comercial. Primero, generan ingresos para el país que los impone, un costo que recae tanto en los productores extranjeros como en los consumidores locales, dependiendo de sus elasticidades relativas. Sin embargo, este beneficio viene con un precio: los aranceles reducen la eficiencia global de la producción al distorsionar las cadenas de suministro, lo que afecta la economía mundial en su conjunto.

Además, Dalio dice que los aranceles tienen un impacto estanflacionario porque, por un lado, son deflacionarios para los países exportadores afectados, que ven caer la demanda de sus productos, pero, por el otro, son inflacionarios para los importadores que los aplican, por lo que los precios al consumidor tienden a subir.

Pero los aranceles también tienen un lado estratégico. Protegen a las empresas locales de la competencia extranjera, aunque a costa de hacerlas menos eficientes, a menos que la demanda interna se mantenga mediante políticas monetarias y fiscales expansivas, advierte el reconocido inversionista.

En tiempos de conflictos entre grandes potencias, como los que enfrentan a EE. UU. y China, Dalio subraya que estas medidas son esenciales para asegurar capacidades productivas domésticas críticas.

Agrega que hay que tener en cuenta que los aranceles reducen los desequilibrios en la balanza comercial y de capitales, disminuyendo la dependencia de producción y financiamiento externo, un factor clave en un escenario de tensiones geopolíticas o guerras comerciales.

Efectos de segundo orden: la respuesta de los mercados y los gobiernos

Según Dalio, el impacto de los aranceles no termina en sus efectos inmediatos, sino que arrastran consecuencias de segundo orden dependiendo de cómo reaccionen los países afectados, los bancos centrales y los gobiernos. Él ve que si los países tarifados responden con aranceles recíprocos, el resultado podría ser una estanflación más generalizada, con precios al alza y crecimiento económico estancado a nivel global.

Por otro lado, los bancos centrales podrían ajustar sus políticas monetarias. Pueden relajarlas bajando tasas de interés y debilitando las monedas. Esto, en países donde las presiones deflacionarias sean mayores, o endureciéndolas, subiendo tasas y fortaleciendo la moneda donde la inflación se dispare.

De manera similar, los gobiernos podrían implementar políticas fiscales expansivas para contrarrestar la debilidad económica o restrictivas para frenar la inflación.

«Hay muchas variables en juego», señala Dalio, «y medirlas es clave para entender el impacto real de los aranceles en los mercados». Esta complejidad añade una capa de incertidumbre a un panorama económico ya volátil, donde las decisiones de los actores globales podrían determinar si los aranceles se convierten en un catalizador de estabilidad o de caos.

El núcleo del análisis de Dalio radica en la insostenibilidad de los desequilibrios actuales en producción, comercio y deuda, que describe como «peligrosamente insostenibles» desde un punto de vista monetario, económico y geopolítico.

La incertidumbre se ha disparado a máximos históricos. Fuente: X/KobeissiLetter.

Un posible acuerdo EE. UU.-China: ¿Un paso hacia el reequilibrio?

Según el inversionista, estos desequilibrios deberán corregirse tarde o temprano, probablemente mediante cambios abruptos y no convencionales, como los que detalla en su libro How Countries Go Broke: The Big Cycle (Cómo se arruinan los países: El gran ciclo).

Basado en su teoría del «Gran ciclo de deuda», Dalio sugiere que los países podrían recurrir a reestructuraciones masivas de deuda. Esto mediante varias estrategias como renegociando términos, devaluaciones drásticas de la moneda e incluso abandonando sistemas monetarios tradicionales como el patrón dólar.

Estas acciones, aunque efectivas a corto plazo, pueden erosionar la confianza en los mercados, generar inflación y desestabilizar la economía, como se vio en casos históricos como Argentina en 2001, que tras un default masivo y devaluación enfrentó una crisis severa , aunque luego ha logrado reestructurarse.

Dalio también especula sobre un posible acuerdo entre EE. UU. y China para revaluar el yuan, lo que podría ser un paso hacia el reequilibrio de los flujos de capital globales. Sin embargo, advierte que tales medidas traerían efectos complejos, requiriendo ajustes adicionales en las políticas económicas de ambos países.

Así que, en un escenario de creciente rivalidad entre potencias, los aranceles trascienden su función económica para convertirse en una herramienta geopolítica. Su implementación podría reconfigurar las alianzas económicas y las estructuras de poder global. Como concluye Dalio, «el futuro dependerá de la confianza en los mercados de deuda, la productividad de los países y la estabilidad de sus sistemas políticos».

En definitiva, en este nuevo escenario los aranceles podrían ser solo el primer paso hacia una transformación más profunda, una que definirá el rumbo de la economía global en las próximas décadas.