2025 seguirá siendo un año accidentado para los mercados, según analista

El año 2025 se perfila como un período de sobresaltos para los mercados globales. Analistas advierten que la incertidumbre económica, las tensiones comerciales y los vaivenes políticos están dibujando un horizonte lleno de desafíos.

En este escenario, los inversionistas, especialmente aquellos ligados a bitcoin (BTC) y criptomonedas, enfrentan un panorama que pone a prueba su resistencia.

Mohamed A. El-Erian, presidente de la gestora de inversiones Gramercy Fund Management y analista financiero, ha encendido las alarmas al señalar que el camino no será sencillo, mientras las opiniones sobre el destino final de la economía estadounidense permanecen divididas.

Un panorama económico incierto en Estados Unidos

El-Erian apunta que las perspectivas económicas de Estados Unidos (principal potencia financiera mundial) atraviesan un momento de indefinición.

«Las tasas de crecimiento más bajas, mayores presiones inflacionarias e interacciones económicas y financieras internacionales más complejas están marcando el ritmo», explica.

A esto se suma una percepción dual entre los especialistas: algunos ven a Estados Unidos ajustando su posición de liderazgo, mientras otros alertan sobre un debilitamiento estructural que podría tener repercusiones a largo plazo.

El-Erian subraya que la incertidumbre no solo proviene de los números, sino también del ámbito político. Las recientes medidas de la administración Trump, como los aranceles impuestos el pasado 4 de marzo a productos de México, Canadá y China, han agitado las aguas.

Aunque la implementación de algunos de estos gravámenes se retrasó hasta abril, el impacto se siente en los mercados, que temen una escalada inflacionaria y la posibilidad de una recesión .

Bitcoin y criptomonedas en la tormenta

Los mercados financieros no han sido inmunes a estas tensiones, y las criptomonedas, con bitcoin a la cabeza, han sentido el golpe.

En el último mes, el precio de BTC cayó un 14%, pasando de 99.000 dólares a un mínimo de 76.000 dólares la semana pasada. Aunque hoy muestra signos de recuperación al alcanzar los 83.000 dólares, sigue un 23% por debajo de su máximo histórico de 109.300 dólares, registrado el 20 de enero.

Este comportamiento refleja la fuerte correlación de bitcoin con otros activos de riesgo, como el índice SP 500, que también entró en zona de corrección tras una caída del 10% desde su pico del 19 de febrero, como se aprecia en el siguiente gráfico que compara el desempeño de ambos mercados.

Aranceles y políticas: el origen de la sacudida

La decisión de Donald Trump de imponer aranceles del 25% a México y Canadá, y del 20% a China, marcó un punto de inflexión.

El equipo de Trump ha pasado de minimizar los efectos a reconocer «pequeñas perturbaciones» como parte de una «desintoxicación» económica. Sin embargo, la incertidumbre política, agravada por los planes del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), sigue pesando sobre los consumidores de bajos ingresos y los contratistas federales, señala el especialista.

A nivel internacional, las medidas han desatado temores de represalias comerciales y una reconfiguración de las relaciones económicas globales.

Mientras tanto, el gobierno estadounidense insiste en proyectar optimismo. «Financieramente, estaremos más fuertes que nunca», afirmó Trump la semana pasada desde la Casa Blanca, destacando el entusiasmo de líderes empresariales.

Por su parte, el secretario de Comercio, Scott Bessent, calificó la caída reciente de los mercados como «una corrección saludable» y defendió la agenda de desregulación y seguridad energética como pilares para un repunte a largo plazo, como lo reportó CriptoNoticias.

Divergencia entre analistas: ¿optimismo o debacle?

Pese al consenso sobre las dificultades inmediatas, las visiones sobre el futuro divergen. Algunos analistas, de acuerdo a El-Erian, ven en esta transición una oportunidad para fortalecer al sector privado estadounidense mediante recortes de impuestos, menores costos energéticos y un sistema comercial más equitativo.

«Podríamos ver a más empresas trayendo producción a Estados Unidos», sostiene el presidente de Gramercy Fund Management.

Otros, en cambio, advierten sobre riesgos estructurales. Temen que la imprevisibilidad operativa, el aumento de la deuda y un posible alejamiento del dólar como moneda de referencia debiliten la posición de Estados Unidos en el escenario global.

La Fed y el factor tasas: una incógnita clave

El-Erian destaca que la preocupación no termina ahí. «Es probable que los analistas observen un ‘efecto riqueza’ negativo tras la reciente caída bursátil», señala.

Este fenómeno, combinado con las limitaciones de la Reserva Federal (Fed) para recortar tasas de interés ante una inflación persistente, podría agravar la situación para los inversionistas.

En este contexto, la próxima decisión de la Reserva Federal, programada para el 19 de marzo, añade más dificultad al panorama.

Con las tasas actuales en un rango de 425-450 puntos básicos, la herramienta FedWatch de CME Group estima solo un 1% de probabilidad de un recorte.

Cuando la tasa de interés es baja, el costo del endeudamiento disminuye y hay más liquidez en el sistema. En estos escenarios, aumenta el apetito por el riesgo, y los inversionistas optan por acciones, BTC y otras criptomonedas en busca de mayores ganancias.

En cambio, cuando la tasa es alta, buscan refugio en activos que generen menos rendimientos, pero que no estén expuestos a las fluctuaciones del mercado como los bonos del Tesoro.

Un futuro en construcción, pero con curvas peligrosas

A medida que 2025 avanza, el consenso sobre un trayecto «accidentado» se consolida, pero el destino final sigue siendo un enigma.

Las políticas de la administración Trump, las decisiones de la Fed y las reacciones internacionales continuarán moldeando el rumbo de los mercados.

Para los inversionistas en bitcoin y criptomonedas, la volatilidad parece ser la única certeza. Mientras tanto, el mundo observa a Estados Unidos, esperando señales claras en medio de un torbellino económico que no da tregua.